martes, 16 de octubre de 2012

La inteligencia se caracteriza por una incomprensión natural de la vida. Bergson, Henri Enjoy

Buenos dias a todos He querido adelantar el dia del Blog semanal, ya que se me ha ocurrido comer hoy uno de mis platos preferidos y muy muy sabrosos, a pesar de ser baratito! Como ya os dije hace poco, el peso milagrosamente sigue estabilizado a pesar de que mantengo mis dos comidas de gala a la semana. Pues bien, vamos a ese plato tan rico a la vez que sano: SARDINAS EN PAPILLOTE Ingredientes 20 sardinas , o 24 pequeñas y sin limpiar aceite de oliva virgen extra , para engrasar el papel sal gorda , para las sardinas 600 g agua Papel vegetal o de aluminio para envolverlas Preparación Lave bien las sardinas. Déjelas enteras, séquelas bien con papel de cocina. Con el papel elegido corte unos cuadrados, píntelos con aceite, coloque 2 ó 3 sardinas y espolvoree sal gorda. Cierre bien los paquetes y colóquelos en el recipiente Varoma. Tape bien y reserve. Ponga el agua en el vaso y programe 7 minutos, temperatura Varoma, velocidad 2. Cuando salga el vapor, quite el cubilete, coloque el recipiente y programe 20 minutos, temperatura Varoma, velocidad 2. Mire uno de los paquetes, para comprobar que están hechas y sírvalas enseguida. Consejo:Para hacer un papillote más sabroso, antes de cerrar los paquetes puede incorporar una hoja de laurel, pimentón espolvoreado y unas gotas de aceite de oliva virgen extra. La sardina es un pescado azul o graso -posee casi 10 gramos de grasa por cada 100 gramos de carne- y es muy buena fuente de omega-3, que ayudan a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos, además de aumentar la fluidez de la sangre, lo que disminuye el riesgo de aterosclerosis y trombosis. Por este motivo, es recomendable el consumo de sardinas y otros pescados azules en enfermedades cardiovasculares. Su contenido proteico también es elevado. Entre las vitaminas se encuentran algunas del grupo B como la B12, B1 o Niacina, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético, la producción de hormonas sexuales, etc. La sardina contiene también cantidades significativas de vitaminas liposolubles como A, D y E. La primera contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo. Favorece la resistencia frente a las infecciones y es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. También interviene en el crecimiento óseo, en la producción de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. Por su parte, la vitamina D favorece la absorción de calcio y su fijación al hueso, y regula el nivel de calcio en la sangre. En cuanto a los minerales, la sardina contiene fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo. El fósforo está presente en huesos y dientes, interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular, y participa en procesos de obtención de energía. El magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos, y además forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El hierro es necesario para la formación de hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células, y su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. En cuanto al contenido en yodo de la sardina, éste es significativo, si bien abunda más en otras especies de peces. Este mineral es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que regula numerosas funciones metabólicas, así como el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro. Un beso muy grande para todos y que sigáis disfrutando de mi Blog!